Información general a la familia

La familia puede jugar  un papel fundamental en la evolución del enfermo mental. Por supuesto que debe de estar pendiente de las citas al psiquiatra y de que el enfermo tome correctamente los tratamientos. Pero su papel se extiende más allá de esto. Se trata de proporcionar al enfermo una comprensión que no le da la sociedad. Es muy importante que al enfermo lo rodee un buen ambiente. Que esté rodeado de buenas maneras, donde no existan las malas contestaciones, ni peleas, ni cosas por el estilo. Tened en cuenta que el enfermo es más sensible de lo normal para estas cosas, y sufrirá más que nadie. Tiene que rodearle una buena “educación”, de manera que no se le quite la razón por vicio, el enfermo muchas veces puede hablar otro “lenguaje”, más del “corazón” que de la “razón”, puede ser una persona más directa y vehemente en sus afirmaciones, pero es totalmente digno de ser escuchado como cualquier ser humano. Que sea enfermo no quiere decir que esté loco, ni equivocado, y muchas veces puede aportar valores y puntos de vista que bien merecerían ser tenidos muy en cuenta. Muchas veces lo que menos necesita un enfermo son consejos, sino comprensión, cariño y respeto.  Que es en definitiva lo que necesita cualquier ser humano. La familia nunca debe de pretender anular al enfermo, pues sería nefasto para todos, ya que el enfermo, a pesar de su enfermedad, es una persona autónoma en muchos sentidos… y muy capaz. El enfermo se da cuenta de todo, del que lo quiere y lo respeta y del que no, aunque a veces parezca que no se da cuenta. Es una persona extremadamente sensible, y en casos que se dan que hay personas sin alma que se ríen o burlan de un enfermo, pues en estos casos el enfermo sufre mucho porque se da cuenta, es realmente traumático. La persona enferma es una persona que generalmente lucha en su interior por levantar cabeza y esto es una cosa que hay que facilitarle. La familia tiene mucho que decir, y facilitarle el acceso a cursos, estudios, o cualquier trabajo u ocupación que el enfermo pueda llevar. Si no puede llevarlo, porque sea una persona muy afectada, siempre tener en cuenta, el cariño y el respeto, pues volvemos a decir que el enfermo es muy sensible a la falta de calor humano. Normalmente son personas que se han topado de cara con el sufrimiento, suele darse la enfermedad cuando la persona está en la flor de su vida, vida ésta que se le ha hecho trizas, por lo que hay que comprenderlo y ayudarlo a que solucione sus problemas y conflictos. Un enfermo no tiene por qué ser un problema, ni una razón para que la familia se entierre en vida. Antes bien la normalidad debe de reinar en la familia, los padres a sus trabajos, así como los hermanos, y siempre contando con el enfermo, no anularlo. La familia y el enfermo están moralmente obligadas a tener esperanza en la recuperación, tienen además ese derecho. No sólo a manos de la ciencia y de las medicinas, que también. Es que la vida da muchas vueltas y a veces la vida te da y te quita, te humilla y te levanta, y todo se consigue cuando se ponen los medios, el esfuerzo y la ilusión oportunos. Que nadie os quite vuestra esperanza, ni médicos ni nadie, pues hay muchos casos en los que la enfermedad evoluciona muy favorablemente, hasta el punto que el enfermo está en sano juicio, trabajando, muchas veces casado,… en definitiva, haciendo vida normal. Y esta esperanza es un derecho de la persona, ya que estamos hablando de personas, no de bichos raros. Al familia ha de ser paciente y comprensiva y pensar que algún día vendrán las respuestas y comprenderán que no hay mal que por bien no venga. Una preocupación muy legítima de unos padres es el qué va a ser de mi hijo cuando yo falte. A cada día le basta su afán, y el momento presente trata de sobrellevar y solucionar un “problema” que a veces es para muchos años, pero no para siempre. Que cada palo aguante su vela, y dejad al enfermo con su cruz… insistimos que los padres no se depriman ni se vengan abajo,… todo tiene solución y conocemos muchos casos de enfermos que les faltan los padres y son felices, pues estos problemas a veces se solucionan mejor sobre la marcha. No preocuparos por el mañana que el mañana traerá su inquietud, a cada día le basta su afán.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *